A bordo del Eddy 1 comienza a cundir la desesperación. Capitanía Marítima ordenó el día 20 la inmovilización de este pequeño remolcador por irregularidades en su documentación, deficiencias en sus sistemas de seguridad y hasta por escasez de víveres para una ruta larga que partiendo de Venezuela tenía destino Rotterdam. De conocer la gravedad de todos estos fallos, probablemente sus cinco tripulantes -croatas en su mayoría- hubieran evitado la arribada a la Ría aunque ni por asomo imaginaban lo que ya han comenzado a asumir: su escala viguesa "va para largo", como así lo estimaban fuentes portuarias.

"Se les ve tristes", aprecia el marinero de otro barco atracado en las inmediaciones tras observar durante varios días las idas y venidas de los tripulantes del remolcador. Caminan, pescan, fuman, ven la tele... A esto se reduce su entretenimiento en tierra esperando que su consignatario en la ciudad, Noroeste Shipping, les traiga noticias esperanzadoras sobre su partida.

Esto intenta la agencia consignataria, que en los últimos días ha intensificado al máximo las gestiones con el objetivo de que Capitanía Marítima levante la prohibición de abandonar el puerto decidida tras un control del Tratado de París MOU. En cambio, la situación de este buque de 30 metros de eslora por 12 de manga botado en 2014 se está retorciendo más de la cuenta, muy a pesar de sus inocentes tripulantes.

El Eddy 1 enarbola y porta documentos que indicarían su abanderamiento en Holanda, la nacionalidad de su armador, cuestión esta que sí ha podido acreditar el propietario. Pero la sorpresa surgió esta semana cuando en contestación a los requerimientos informativos formulados desde España, Holanda poco más que repudia al remolcador. Revela que en 2016 causó baja en su Registro Marítimo por lo que en la actualidad el buque no es holandés. Con esta laguna su condición queda a la altura de cualquier pirata. La de la bandera es, de todas las irregularidades descubiertas, la más compleja de subsanar. Incluso podría motivar la intervención de otros departamentos como Aduanas. Así que la Pascua está hecha para los cinco croatas pero aguada, sin vacaciones y amarrados a un muelle de Comercio que nunca olvidarán.